La fortaleza es «la gran Virtud» porque la que hace visible nuestro deseo de vivir según el bien y la pasión que sentimos por aquello en lo que creemos y amamos. Por eso, la fortaleza es la virtud de los enamorados, de los convencidos... es la virtud de aquellos que por un ideal que vale la pena son capaces de aventurarse a los mayores riesgos; la de los caballeros andantes la de todos aquellos que son capaces de la entrega gustosa de su propia vida, si fuera preciso, en la búsqueda de un bien más alto.
La Fortaleza es la virtud moral que asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien. Reafirma la resolución de resistir a las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral. La virtud de la fortaleza hace capaz de vencer el temor, incluso a la muerte, y de hacer frente a las pruebas y a las persecuciones. Capacita para ir hasta la renuncia y el sacrificio de la propia vida por defender una causa justa.