La virtud de la Fortaleza nos capacita para «resistir» y «acometer», en la búsqueda de metas que se tienen como un bien.
La Fortaleza es la virtud más propia de los adolescentes y de los jóvenes porque, por naturaleza, son personas de grandes ideales que quieren cambiar el mundo. Por eso, en el ámbito educativo, es importante que padres y docentes propongan cauces buenos para esas inquietudes, con fines adecuados y con criterios rectos y verdaderos. De lo contrario, esa misma energía que les impulsa puede dirigirlos hacia la destrucción de todo lo positivo que hemos sembrado.